En Jharkhand, India, los incendios arden sin llama sobre la tierra ennegrecida, liberando gases tóxicos al aire. Entre el fuego y el humo, hombres, mujeres y niños excavan con las manos desnudas en busca de una humilde roca, conocida aquí como "Diamante Negro".
En Jharia, en el distrito Dhanbad de Jharkhand, las minas de carbón han estado ardiendo continuamente durante más de un siglo.
El fotógrafo documental sueco Sebastian Sardi se sintió atraído por la zona tras leer un artículo de una ONG sobre la minería de carbón en China, donde se producen hasta 20,000 muertes al año debido a la contaminación relacionada con el carbón. Sin embargo, el artículo carecía de fotografías, lo que despertó el interés de Sardi por documentar este problema. Su travel lo llevó primero a China, luego a la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo en Kazajistán, antes de llegar finalmente a Jharkhand en 2019.
Con una extensión de 110 millas cuadradas, produce la mayoría de IndiaEl carbón, crucial para el suministro energético del país, representa aproximadamente la mitad de su producción. Anteriormente confinados principalmente en túneles subterráneos, los incendios se han extendido a la superficie debido al auge de la minería a cielo abierto en las últimas décadas, con consecuencias devastadoras tanto para la población local como para el medio ambiente.
En Jharkhand, el carbón es el rey: domina la economía local y proporciona empleo a personas de todas las edades. Muchos trabajan como cargadores de carbón para la empresa minera estatal, mientras que otros se enfrentan a los gases tóxicos en busca de un sustento precario. El aire está cargado de contaminantes, y enfermedades respiratorias como la tuberculosis, la bronquitis y el asma están muy extendidas. Es una dicotomía trágica: lo que les sustenta la vida también se los está arrebatando lentamente.
Al ver la devastación, Sardi se sintió impulsado a documentarla, y con el tiempo, el proyecto creció. Al principio, le costó forjar relaciones, pero tras muchas visitas y con la ayuda de traductores y guías, las cosas se simplificaron. Regresar una y otra vez le permitió volver a visitar a las mismas personas y lugares. Cada vez que regresaba, traía copias de las imágenes que había tomado y las regalaba a quienes trabajaban en las minas y vivían en los pueblos. Este gesto contribuyó a generar confianza y les abrió muchas puertas a las comunidades y sus hogares.
El objetivo de Sardi era conectar con la PEOPLE y crear retratos honestos y auténticos que, a su juicio, fueran respetuosos y representativos de sus vidas y situaciones. Buscó visibilizar a las personas que constituyen la columna vertebral de una de las industrias más grandes de la India: la industria del carbón, un sector que desempeña un papel fundamental en la economía india. Sin embargo, a pesar de su crucial contribución, los trabajadores reciben poco a cambio del arduo trabajo que soportan.
Sardi lo logra de forma magnífica. Sus retratos suelen emplear poca profundidad de campo, desenfocando el fondo para mantener a los sujetos nítidamente enfocados, lo que crea una atmósfera surrealista. Los paisajes oscuros y sobrenaturales a veces se enfocan, pero permanecen distantes, acentuados por estructuras artificiales: símbolos de las autoridades anónimas que controlan y se benefician de la industria, pero que permanecen ausentes de sus luchas cotidianas.
El carbón es una constante, una fuerza omnipresente que lo absorbe todo, al igual que la vida de quienes viven aquí. El Diamante Negro, un recurso precioso, les da vida, pero la va arruinando poco a poco. Antaño, esta tierra era cultivable, rica en cultivos y agricultura. Pero a medida que el carbón se volvió más valioso, la tierra fue sacrificada, desapareciendo lentamente bajo la industria. Ahora, casi nada crece aquí. El suelo ha sido despojado de sus nutrientes, devastado por los efectos tóxicos de la minería.
Sardi reconoce que no puede cambiar el curso de la vida de estas personas, pero sí puede romper su anonimato. Al igual que muchas industrias, quienes vivimos en países ricos del Norte Global a menudo nos beneficiamos del trabajo de quienes viven en zonas más pobres del mundo, sin siquiera enfrentarnos a su realidad. A través de sus trabajos, Sardi rompe su anonimato, colocándolos en el centro de la historia. Como él mismo lo expresa: «Ojalá que los espectadores puedan comprender mejor que el consumo no se trata solo del carbón como recurso natural, sino que la industria también consume vidas humanas, la naturaleza y, a largo plazo, todo nuestro planeta».
Todas las imágenes © Sebastián Sardi